Un equipo de neurobiólogos de la Universidad de California ha identificado, por primera vez, la región del cerebro donde se guardan y se recuperan los recuerdos de larga duración, según informa la revista Science.
(ElMundo.com) Los hallazgos sugieren nuevos métodos para el tratamiento de los trastornos de la memoria, incluido el mal de Alzheimer y otras demencias, señala la revista.
"Los científicos saben desde hace mucho tiempo que el hipocampo procesa la memoria reciente, pero no sabían qué parte del cerebro almacena nuestros recuerdos más añejos", explicó Alcino Silva, profesor en la Escuela David Geffen de Medicina, de la Universidad de California.
"Sabíamos, sí, que el hipocampo no almacena los recuerdos de forma permanente", añadió Silva, investigador principal del estudio.
"La mayoría de las personas define la memoria como sus experiencias de vida colectivas", agregó, y dijo que "estos recuerdos definen quiénes somos, pero hasta ahora no sabíamos claramente en qué forma el cerebro los guarda y cómo los recupera".
Tres estrategias
Los científicos emplearon tres estrategias. En la primera recurrieron a la ingeniería genética y crearon ratones con una forma mutante de un gen llamado kinasa II, que elimina la capacidad de mantener memorias antiguas.
Los entrenaron para que reconocieran una jaula, y luego probaron su memoria de dicho encierro uno, tres, dieciocho y 36 días después del entrenamiento.
Los ratones reconocieron la jaula hasta tres días después del entrenamiento, pero su memoria había desaparecido después de 18 y 36 días, indicó Silva.
En el segundo experimento se usaron métodos con imágenes para rastrear visualmente cuáles son las regiones de la corteza cerebral de un ratón normal que se activan durante una prueba de memoria.
Ninguna parte de la corteza registró actividad cuando se expuso al animal a la jaula después de un día de entrenamiento, pero a los 36 días las imágenes mostraron actividad en una región llamada cingulado anterior.
Finalmente, los investigadores inyectaron a ratones normales un medicamento que desactivó temporalmente el cingulado anterior, y descubrieron que ello no perturbaba la memoria de la jaula en el animal tres días después del entrenamiento, pero sí la interrumpía de 18 a 36 días después.
Silva cree que cuando una persona recuerda una memoria, el anterior cingulado ensambla rápidamente las señales de la memoria desde diferentes sitios del cerebro.
"Si el cingulado anterior funciona mal, la memoria que se recupera puede ser demasiado fragmentada como para que tenga sentido para la persona —dijo—. Es como un rompecabezas al que le faltan piezas. Y esto podría ser lo que ocurre con la demencia", concluyó
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