lunes, 26 de abril de 2010

El Poder de la Mente maneja su vida

El Poder de la Mente maneja su vida
Es indudable que para que nosotros podamos subsistir, es gracias al poder de nuestra mente, pero no solo se ocupa de nosotros, también se ocupa del mantenimiento de nuestra especie, ya que mientras una feliz futura mamá realiza las compras para su bebé, hay una mente que está haciendo todo el trabajo y a partir de dos células, desarrollar un futuro ser humano.

Pero lo más increíble no es todo esto, esto solamente es el 20% conocido de lo que el poder de la mente puede realizar en nuestro beneficio o para nuestra vida en armonía.

Las nociones humanas de "tiempo" y "espacio" son creaciones de nuestra mente consciente, en su afán de encasillar o acomodar las cosas a su manera, es sencillo demostrar aún con nuestro intelecto que ni el "Tiempo, ni el "Espacio" existen tal cual cree nuestro consciente.

El tiempo, lo dividimos en pasado, presente y futuro, pues bien el pasado no existe, el futuro tampoco, y el presente se puede minimizar hasta una milésima de segundo, por darle alguna medida, casi en el mismo instánte que sucede, ya es pasado. Si no existe pasado, ni presente ni futuro, el tiempo no existe

El concepto de "Espacio" está proporcionalmente relacionado al tiempo que nos lleva ir de un punto a otro, si voy de Buenos Aires a Madrid caminando, la distancia es enorme, si voy en avión, es menor, pero si fuera en una nave a la velocidad de la luz, la idea de distancia sería insignificante, por lo tanto el "Espacio" que separa esos dos puntos sería casi inexistente

Para nuestra mente no hay ni tiempo ni espacio, tiene el poder de "ser" sin estar atado a estas dos medidas creadas por nuestro consciente, tal vez Ud. quiera ponerlo a prueba personalmente, pues bien, dele todo el poder a su mente, dele el mando absoluto de su vida, ordénele lo que ud. quiera y no deje que su mente consciente se meta a opinar, cuidado ya que su mente consciente no quiere perder su mal ganado lugar de mandona, verá que antes de lo que ud. sueña, el poder de su mente trae a su realidad aquello que le ordenó. Así como las religiones hablan de la fé y como mueve montañas, la esencia es darle el poder a su maravillosa mente, si le confia el desarrollo de su futuro hijo, como no va a confiar en ella para cosas menores?

Pero tenga cuidado con qué le ordena, por que a veces quien pide es su mente consciente, el poder de su mente se lo va a dar, pero su consciente se suele equivocar muchas veces y eso que ud. quería no siempre es lo mejor

La felicidad o la desdicha, la miseria o la fortuna, la salud o la enfermedad, son desiciones que ud. toma, recuerde, ordénele a su mente y el poder de su mente se lo va a dar, siempre y cuando su consciente no interfiera, claro

No hay nada imposible para el poder de la mente, solo tiene que ordenarlo, como cuando ordena su plato preferido en un restaurante, y espera tranquilo y sin dudar a que el mozo le traerá lo que ud. ordenó.

Si ud. es de las personas que simpre pensó que " hay que ver para creer ", ya es tiempo de que cambie, le sugiero que intente probar con " hay que creer, para ver " y no dude que así será.

Artículo publicado por Ricardo Sosa Contacto

El poder de la mente

Desde que el hombre nace ha este mundo, comienza un aprendizaje intensivo, todo lo referente a la movilidad, al habla, a recibir y dar afecto, a la interrelación, a la educación, a la convivencia, etc, etc... y así continúa a lo largo de toda su vida siempre asimilando información, algunos importantes y otros sin mayor importancia aparente.

Ud. Recibe continuamente información que procesa y guarda en algún lugar de su mente, con una increíble y aún desconocida capacidad de acumular información, clasíficándola y archivándola, todos los datos son guardados, día tras día, y allí van a parar, sin saber para qué y cúando van a ser utilizados

Alguna, tal vez la menor parte de esta información, es guardada conscientemente, el resto, la mayor parte ingresa a nuestra mente sin siquiera habernos dado cuenta de que estaba siendo archivada en algún lugar.

Como se recibe la información? pues a través de nuestro cinco sentidos, la vista, registra cosas, imágenes, secuencias, colores, paisajes, y aunque nosotros estemos pensando en otra cosa, la vista sigue su trabajo de incorporar información, el olfato, el oído, el tacto y el gusto, siguen trabajando en su tarea de recibir información, clasificarla y guardarla.

Esta es la primera demostración del poder de la mente, y aunque por rutinario, parece menor, es la base sustancial de todo lo que el poder de nuestra mente puede hacer.

Muchas personas confunden mente con intelecto, y también erróneamente creen que su intelecto (grado o nivel de inteligencia, alojado en su mente consciente) es lo más importante para ellos, y a partir de esa creencia, llevan adelante sus vidas, toman decisiones, realizan actos, etc. dejando que quién dirija sus vidas sea esta parte menor de su mente, su mente consciente, sin darse cuenta que quien realmente toma las decisiones más importantes es su mente subsconciente

Ud. sabe quien maneja la información necesaria para que su corazón bombée sangre por todo su cuerpo?, Y la función que cumple su hígado? Y su bazo? Quien lleva adelante los procesos químicos para separar los nutrientes de los desechos cada vez que ud. come? Cuando maneja, quien hace millones de cálculos de tiempo-velocidad-distancia-espacio en décimas de segundos, mientras ud. escucha música en su auto?

Su intelecto suele equivocarse muy a menudo, su mente núnca se equivoca, maneja todos los organos de su cuerpo a la perfección, uno por uno cumplen una función muy específica y perfecta, pero también su mente tiene el poder de coordinar el funcionamiento de todos los órganos al mismo tiempo, y en diferentes situaciones, ya que no es lo mismo si ud. está corriendo, estan sentado, están durmiendo o jugando un partido de futbol o si está tranquilo o está nervioso, si está lúcido o está alcoholizado, si están en ayunas o termina de comerse una paella completa, su mente esta capacitada para todo terreno.

Así, hasta aquí, el poder de su mente ya sería increíblemente maravilloso, pero es solo una muestra ínfima de lo que su mente puede hacer. Su cuerpo tiene millones de células, que nace y mueren, que también cumplen una función vital para su funcionamiento, sabe quien maneja esa información, la clasifica y ordena?

Podríamos seguir mencionando todas las cosas que su mente maneja, pero la lista sería demasiado larga, pero desde un capilar de un cabello de su cuerpo, hasta la memória histórica de sus genes, es información que no maneja su intelecto precisamente

Pero las personas insisten en asociarse con su intelecto, asocian el "YO" con su intelecto, insisten en darle un valor, que no tiene en lo más mínimo, salvo aquel sabio que dijo: "yo solo sé que no sé nada", el resto se catalógan a sí mísmos, según la opinión de su propio intelecto

El Pensar como herramienta adaptativa del ser humano Capitulo I

"¿Se puede pensar sin hablar?" -¿Y qué es pensar?- Bueno, ¿nunca piensas? ¿No puedes observarte y ver qué sucede? Eso debe ser muy sencillo. No tienes que esperar por ello como un acontecimiento astronómico y luego hacer quizá tu observación deprisa.

328. Bueno, ¿a qué se llama "pensar"? ¿Para qué se ha aprendido a utilizar esa palabra?- Si digo que he pensado -¿tengo que estar siempre en lo correcto?- ¿Qué clase de error cabe ahí? ¿Hay circunstancias bajo las que se preguntaría: "¿Era realmente pensar lo que he hecho entonces; no me equivoco?" Si alguien, en el curso de una secuencia de pensamientos, realiza una medición: ¿ha interrumpido el pensamiento si no se dice nada a sí mismo mientras mide?

329. Cuando pienso con el lenguaje, no me vienen a las mientes 'significados' además de la expresión verbal; sino que el lenguaje mismo es el vehículo del pensamiento.


L. Wittgenstein. Investigaciones Filosóficas


Como con tantos conceptos complicados, cuando se nos pide que demos una definición de pensar nos quedamos sin saber que decir, sin embargo, no podemos decir que no tengamos ninguna idea de lo que es pensar. Observa el texto de Wittgenstein, ¿podemos equivocarnos respecto a si lo que hemos estado haciendo es pensar o no? ¿Para qué usamos esta palabra? ¿Qué tipo de situación describe la expresión "estoy pensando"? ¿Podemos pensar sin lenguaje? ¿Podemos aprender a pensar?

Estas son algunas de las cuestiones que abordaremos en este tema, pero lo haremos dentro de una intención más amplia. Al hilo de las preguntas anteriores podríamos preguntarnos por qué no nos resulta demasiado difícil ofrecer una definición de 'silla' y si de 'pensar' o qué diferencia encontramos entre pensar e imaginar, o entre ver e imaginar. ¿Pensamos cuando sentimos? o ¿pensamos porque sentimos?

¿Dónde se piensa? En el cerebro, pero ¿cómo un órgano físico puede producir pensamientos o imágenes mentales? ¿Qué relación hay entre el cerebro y la mente? Sí, pero ¿qué es una mente? ¿Podemos partiendo del cerebro llegar a construir una teoría de la mente inteligente?

Desde luego, éste es uno de los retos que tiene planteada actualmente la ciencia contemporánea. Hasta ahora los estudios psicológicos básicos habían mostrado las capacidades cognitivas humanas como un conjunto de facultades diversas, aisladas entre sí y a lo sumo controladas y reguladas por un órgano central que recibía informaciones de todas estas facultades (la vista, el oído, el olfato, la memoria..) y producía un resultado global. Por supuesto esto contiene un problema teórico difícil de solucionar. El Problema de la regresión al infinito del homúnculo. Una tentación es pensar la mente como un ojo que está atento a todo lo que pasa en el cerebro. Por ejemplo, imaginemos un hombrecillo en el centro de nuestro cerebro que contempla, ante un estímulo determinado, como en una sala de control llena de pantallas, lo que recibe el sistema visual, el auditivo,



El sistema táctil o el olfativo, la memoria, lo ya aprendido, etc.; lo reúne todo, determina la naturaleza del estímulo y toma una decisión que manda a los órganos motores. Pero si tenemos un órgano central de este tipo, un hombrecillo sentado en el centro de nuestro cerebro al que llamamos mente, éste a su vez deberá tener otro hombrecillo que cumpla la misma función, y este otro más pequeño aún otro, y así ad infinitum. La idea de un órgano central no aporta una explicación sólida a como un cerebro diversificado, modular, especializado, que funciona en paralelo, puede dar una respuesta unitaria a los acontecimientos del mundo con los que nos enfrentamos cada día.

Otra de las dificultades era avanzar desde una descripción neurológica del cerebro hasta una psicológica de la mente. Parece que esto sólo será posible si apelamos a una instancia superior, y si contemplamos al ser humano como un organismo biológico que dispone entre sus repertorios de conducta la posibilidad del pensamiento inteligente, del aprendizaje y del razonamiento. Es así como vamos a intentar comprender el conocimiento, como el resultado de un organismo que necesita para sobrevivir en el medio conocerlo.

El hombre es el animal que en su nacimiento posee el menor repertorio de instintos.

Ante esta "deficiencia" el ser humano tiene la capacidad de aprender, es decir, de aumentar su repertorio de conductas, de producir nuevas respuestas ante nuevas situaciones. Muchos animales aprenden, son capaces de enfrentarse a novedades y salir con éxito de ellas, pero la capacidad de aprendizaje de los animales es limitada como ya demostró Köhler en un famoso experimento con chimpancés.

Sin embargo, el aprendizaje humano lo podemos denominar inteligente, eso significa que resulta casi ilimitado su capacidad para producir nuevas respuestas ante nuevas situaciones. Más adelante veremos como esto es posible. Por ahora debemos retener esta idea: El hombre en su proceso evolutivo ha desarrollado la inteligencia como herramienta adaptativa que le ha permitido sobrevivir en los más diversos medios.

Teniendo en cuenta esta idea vamos a estudiar el conocimiento, intentando construir una teoría de la mente inteligente entendida como la posesión de un organismo biológico que se enfrenta a un medio y que su supervivencia depende de su capacidad para representarse el mundo que le rodea.

Pensar inteligentemente supone afrontar la resolución de problemas más allá del propio problema; conlleva ser capaz de captar aquellos elementos relevantes del problema, de generalizar y clasificar los problemas en clases, de diseñar métodos de resolución exportables a distintas situaciones, en fin, poder escapar al estímulo, esto es, elaborar simbólicamente las situaciones pudiendo representarlas independientemente de la posición actual que tengamos en el espacio y el tiempo. Dicho de otra manera, el pensamiento nos permite crear nuestros propios medios.

Indudablemente el avance evolutivo de nuestra inteligencia, y en lo que nos distinguimos más claramente de los animales, se debe a la aparición de códigos simbólicos que permiten disponer de la realidad sin tenerla, e incluso de crearla sin más. El hombre crea el mundo y a la vez sus propias creaciones se le imponen como algo externo.

¿Cómo se realiza este proceso? ¿Podemos ofrecer una teoría unificada del conocimiento que partiendo del nivel biológico lleguemos al ámbito de la razón, de la lógica? Dar respuesta a lo que sigue compone el contenido de estos temas.

Pero volvamos a la pregunta que hemos dejado todavía sin responder: ¿qué es pensar? ¿Tienes ya una respuesta?



2.- Definición de Pensar


Aunque el epígrafe de este apartado es 'definición de Pensar' adelantamos ya que una definición adecuada sólo la conseguiremos al final de estos temas, sin embargo, por algún sitio tenemos que empezar ante nuestra inicial desorientación. Por ahora intentemos una definición provisional que nos permita abordar nuestra investigación. Y para esa definición inicial vamos a pedir ayuda a expertos en la materia. Leamos las siguientes citas:

Normalmente la conciencia se considera que es lo mismo que el pensamiento. Creo que esto es una identificación demasiado burda, porque pensar tiene componentes adicionales adquiridos: un complejo de imágenes, intenciones, suposiciones y razonamiento lógico. Es una mezcla de varios niveles de actividad mental.

En sus productos más altos y más abstractos, es una habilidad, que depende de habilidades simbólicas. Con excepción de las habilidades especiales exhibidas en el pensamiento artístico y las actividades rítmicas y tonales del pensamiento musical, el pensamiento superior depende en gran medida del lenguaje y de la lógica, en un diálogo interno entre el pensador y otro interlocutor de cuya existencia el pensador puede no ser consciente [...].

Es sólo cuando los resultados de muchos paralelos, fluctuantes y temporales procesos de percepción, formación de conceptos, memoria y estados atencionales son almacenados en un objeto simbólico -una secuencia de proposiciones lógicas, un libro, una obra de arte o musical- cuando tenemos la impresión de que el pensamiento es puro.

Pensar no puede buscarse si no hay un telón de fondo consciente...

El pensamiento es una habilidad urdida desde la experiencia del mundo, desde niveles paralelos y canales de la vida perceptiva y conceptual. Finalmente, es una habilidad que queda restringida por valores sociales y culturales. La adquisición de esta habilidad requiere no sólo experiencias con las cosas, requiere también interacciones sociales, afectivas y lingüísticas.

Con esto se quiere decir que ninguna cantidad de datos neurocientíficos solos puede explicar el pensamiento. No hay nada misterioso o místico en esta afirmación. Una explicación neurocientífica es necesaria, pero no suficiente como explicación última.

G. Edelman. Bright Air, Brilliant Fire. On the matter of Mind. Págs. 173 y ss



Como vemos pensar es el resultado de un largo proceso que empieza en cómo las neuronas comienzan a relacionarse y termina con nuestras relaciones sociales y afectivas pasando largo tiempo en nuestras producciones lingüísticas y simbólicas. Necesitamos una explicación neurocientífica como soporte de una psicológica que a su vez soportará otra social. Visto así, ¿podemos concretar algo más nuestra definición para que se ajuste al primer nivel de explicación, el neurocientífico? Volvamos a pedir ayuda a los expertos.


La capacidad de representar internamente imágenes y de ordenar dichas imágenes es el pensamiento. (las imágenes pueden ser sonoras, olfativas, etc.)...

Poseer una mente significa que un organismo forma representaciones neurales que pueden convertirse en imágenes, ser manipuladas en un proceso denominado pensamiento, y eventualmente influir en el comportamiento al ayudar a predecir el futuro, planificar en consecuencia y elegir la siguiente acción.

Seguramente nadie negará que el pensamiento incluye palabras y símbolos arbitrarios. Pero tanto las palabras como los símbolos se basan en representaciones organizadas topográficamente y pueden convertirse en imágenes.

A. Damasio. El Error de Descartes, Crítica, Barcelona, 1994



El inicio de pensar tiene que ver pues con la posibilidad de elaborar, organizar y tratar con imágenes, imágenes que no necesariamente tienen que ser visuales, incluso según Damasio, todas las elaboraciones superiores, como pudieran ser los conceptos o símbolos, pueden convertirse en imágenes. Del texto de Damasio obtenemos también otra conclusión, en la medida en que las imágenes están organizadas topográficamente, cabe pensar que existe un correlato entre las estructuras neurales que construyen las representaciones y nuestras imágenes mentales que aparecen a nuestra conciencia y que inician el proceso de pensamiento. Veamos a grandes rasgos como se inicia el proceso de pensamiento desde el nivel cerebral, pero para ello necesitaremos saber algo sobre el cerebro, su estructura y su función.

miércoles, 21 de abril de 2010

Principios de la PLN

Los estudios realizados y los descubrimientos que originaron la Programación Neurolingüística, permitieron establecer una serie de principios que dan marco teórico al proceso de percibir y comprender la comunicación y el comportamiento humano. Estos principios constituyen una guía o modelo que facilitan la realización práctica de lo que entendemos como el Arte y Ciencia de la programación Nuerolingüística, y que en esencia, se resume así:
1.- Procesamos la información a través de los cinco sentidos.
2.- Las personas tenemos dos niveles de comunicación: consciente e inconsciente.
3.- Todo comportamiento se orienta a la adaptación.
4.- Para conocer las respuestas, es indispensable tener agudeza sensorial.
5.- Todo comportamiento tiene una intención positiva.
6.- No existen fracasos en la comunicación, sólo se producen resultados.
7.- Aceptamos con mayor facilidad lo conocido.
8.- Rapport es el encuentro de las personas en el mismo modelo del mundo.
9.- Las personas tienen todos los recursos necesarios para hacer cualquier cambio que deseen.
10.- El mapa no es el territorio que representa.

Modelando mi mente

2.- PIENSE EN PRIMERA PERSONA
cuando los mensajes son dirigidos a ti, siempre dirás: YO estoy contenta, YO me siento tranquila. Cuando los mensajes son para la otra persona siempre los dirás directo a la persona que se dirija, TU eres feliz, PÓRTATE bien.
3.- TENGA SUS PENSAMIENTOS EN TIEMPO PRESENTE:
Pensar y hablar en presente es tan extraordinario porque en el presente podemos tener el pasado como esto que acabas de leer es ya pasado y también con el presente podemos tener el futuro, como éstas líneas que siguen de leer son el futuro. Te das cuenta de lo extraordinario de tener un buen presente, estamos formando un buen pasado y un buen futuro. Entonces recuerda hablar en presente, por que así tu mente se pone lista a actuar de inmediato, si lo haces en futuro esperará a que algún día llegue y si lo haces en pasado ya no podrás hacer nada.
4. UTILIZAR LA PALABRA "NO" LE CREARÁ DIFICULTADES
Es necesario enunciar los deseos en forma positiva por que si introduces pensamientos negativos salen experiencias negativas. El subconsciente no sabe de "NO" solamente recibe el mensaje, cuando le decimos a nuestro hijo "no te vayas a portar mal" el subconsciente entiende "portar mal", debemos decir lo que deseamos ósea "pórtate bien".
Ahora sí podrá usted darse cuenta en forma consciente, ¿cuáles son sus últimos pensamientos antes de dormir?, ¿cuáles son sus primeros pensamientos al despertar?, ¿cuáles son los pensamientos mas frecuentes en el día?
Cuando inicie a realizar estos cambios a pensamientos positivos, podrá sentirlos falsos, no importa, usted sólo repítalos todas las veces que pueda en el día, si es posible escríbalos y leo varias veces al día, su subconsciente se encargará de lo demás.
Si esta dispuesto a cambiar su vida, entonces esta dispuesto a cambiar sus pensamientos.
Yo ahora estoy pensando lo siguiente: "¡YO TENGO PENSAMIENTOS POSITIVOS!"

domingo, 18 de abril de 2010

¿Cuántas mentes tiene el ser humano?

¿Cuántas mentes tiene el ser humano?
Por el profesor Velmont:


El ser humano tiene, en realidad, seis mentes: 1) la mente analítica o consciente (esta mente no es una máquina como las otras y es, en realidad, el Pensador, es decir, el propio espíritu de cada uno); 2) la mente decodificadora; 3) la mente reactiva automática; 4) la mente reactiva impulsiva o emocional o irreflexiva; 5) la mente reactiva inconsciente, y 6) la mente somática.
Te transcribo, para que tengas bien en claro las diferencias de cada una, las definiciones que están en el Diccionario Técnico de Psicointegración:

Mente (en general). Dic. Acad. Potencia intelectual del alma. - Designio, pensamiento, propósito, voluntad. - En Psicología, conjunto de las actividades o procesos psíquicos conscientes e inconscientes. - Gr Elron. Conjunto de mecanismos (mente reactiva automática, mente decodificadora, mente reactiva impulsiva, mente reactiva inconsciente, mente somática) que ayudan tanto a la supervivencia como a la evolución de los seres encarnados.
Mente analítica. Dn y Cn. El Yo, la unidad de conciencia (v.), que utiliza a la mente decodificadora (v.) para plantear y resolver problemas relacionados con la supervivencia. La mente analítica no es una máquina, como sí lo es la mente decodificadora y la mente reactiva (v.). La mente analítica es la unidad de conciencia, el propio individuo, el Yo, el que piensa y actúa. El individuo puede utilizar la mente decodificadora pero no la mente reactiva, ya que ésta es un mecanismo automático de supervivencia ajeno a su control volitivo. En sentido estricto, cuando hablamos de mente analítica nos estamos refiriendo al 10 % de espíritu encarnado. Al 90 % de espíritu que queda en su plano de origen y no encarna, lo llamamos thetán (v.). No le llamamos “mente analítica” porque el thetán no analiza para saber, directamente sabe sin analizar. En sentido amplio, queremos significar el conjunto formado, de un lado, por el individuo, el operador, y del otro, la procesadora de datos llamada mente decodificadora, ya que ésta, siendo una máquina, cobra verdadero sentido solamente cuando se la concibe junto con la persona que la maneja.

Mente decodificadora. Gr Elron. Sistema de control entre la unidad de conciencia (v,.) y el universo físico. La mente decodificadora no es el cerebro (v.). - Parte de la mente que, bajo la dirección del Yo, es decir de la mente analítica (v.), procesa los datos de experiencia contenidos en el banco de recuerdos (v.) y luego actúa. - Otra de las funciones de la mente decodificadora es convertir o transformar las imágenes o ideas del espíritu en conceptos entendibles en el plano físico. El médium, precisamente, utiliza esta mente para traducir los pensamientos (ideas) de los espíritus a palabras o expresiones del lenguaje corriente.
Mente reactiva automática. Dn y Cn y Gr Elron. Mecanismo creado por los elohims para la supervivencia en el plano físico del 10 % de los espíritus encarnados, ya que el 90 % de ellos queda en su plano de origen. La mente reactiva automática reacciona instantáneamente, impulsando al organismo a la huida, a partir de las experiencias engrámicas archivadas en su banco reactivo. - Parte de la mente que archiva aquellos incidentes (engramas [v.]) que contienen dolor físico o emoción dolorosa (por ejemplo, la caída de una escalera o el fallecimiento de un ser querido) y trata de dirigir al organismo mediante estímulo-respuesta (dado un cierto estímulo hay cierta respuesta). Sólo piensa en identidades: A=A=A=A. La mente reactiva no está bajo el control de la voluntad del individuo y ejerce poder de mando sobre su conciencia, propósitos, pensamientos, cuerpo y acciones. En esencia, es un mecanismo de supervivencia muy primitivo, de categoría subidiota, montado a nivel celular. La mente reactiva no se encuentra en un lugar específico del cuerpo, sino en todas las cédulas del organismo.


Mente reactiva impulsiva, irreflexiva o emocional. Gr Elron. Mecanismo creado por los elohim para la evolución de los espíritus, cuya finalidad es, cuando el espíritu no está encarnado, de servir como obstáculo a vencer, ya que la mente reactiva impulsiva depende del Ego (v.), y, cuando el espíritu está encarnado, además de obstáculo a vencer, también como medio de supervivencia. La mente reactiva impulsiva obra movida por los deseos o motivos afectivos que induce a hacer algo de manera súbita, sin reflexionar. De ahí que también se la denomine emocional o irreflexiva. La diferencia entre la mente reactiva impulsiva y la mente reactiva automática (v.), es que mientras ésta, para reaccionar e impulsar al organismo a la huida, requiere la adquisición previa de engramas (v.), aquélla lo hace sin necesidad de ellos. El miedo a la oscuridad, a los insectos, al vacío, etc. forman parte, precisamente, del contenido inherente de la mente reactiva impulsiva.


El Ego constituye uno de los escollos de la evolución más difíciles de superar, porque su rol fundamental es el protagonismo (v.), que trae como consecuencia inevitable la ambición del Poder. A medida que el espíritu evoluciona, sus ansias de protagonizar se van reduciendo, y en la misma medida le va entregando el protagonismo al otro. Cuando el Ego está totalmente integrado, el espíritu ya no tiene ningún deseo de protagonizar y su necesidad de ser servido se transforma en una necesidad de servir. Esto lo puso de relieve Jesús cuando le lavó los pies a sus discípulos, momento en el cual el Maestro tenía el Ego totalmente integrado, sus deseos de protagonizar ya se habían disipado y los únicos y verdaderos protagonistas para él eran sus discípulos. Su enseñanza final fue que el líder debe ser un servidor. Mente reactiva inconsciente. Gr Elron. Tercera mente reactiva, junto con la mente reactiva automática (v.) y la mente reactiva impulsiva (v.), cuya función ?negativa? es captar mensajes subliminales, frases sutiles, ideas y otras cosas, no en su verdadero sentido sino en el sentido equívoco, impulsando a la persona a una conducta errada. Por ejemplo, tú dialogas con otra persona y quizás estés mal predispuesto con ella, y, entonces, cualquier cosa que diga, tu mente reactiva inconsciente lo malinterpreta a gusto y placer. De pronto tu computadora funciona mal y llamas al técnico, quien se excusa sinceramente de atenderte porque en ese momento está ocupado con otro cliente, y entonces tu mente reactiva inconsciente, evaluando en forma antojadiza que ese técnico no es digno de crédito, toma la excusa como una burla y a partir de allí lo difamas con otras personas para que no utilicen sus servicios. Así actúa en forma arbitraria esta mente.

La mente reactiva automática y la mente reactiva impulsiva no son exactamente el inconsciente, porque el inconsciente actúa aun estando la mente analítica funcionando a pleno. Y por Psicointegración (v.) se sabe que cuando la persona está analítica, es decir, en la plenitud de su razonamiento, no está reactiva, ni automática ni impulsiva. Y estando analítica, todo lo que ve, oye, o capta con cualquiera de sus sentidos externos va a archivarse a su banco de recuerdos (v.), que es un banco analítico. El banco analítico es un banco que discierne, que elucubra, con un 100 % de raciocinio, porque, en definitiva, es el espíritu el que lo usa.


En esta mente analítica, sin embargo, opera también el inconsciente, que, vale la reiteración, capta mensajes subliminales, frases sueltas, ideas y otras cosas que cree que son así y en realidad no lo son. Ese inconsciente no se identifica con ninguna de las tres mentes (analítica, reactiva automática y reactiva impulsiva) porque por dentro tiene pulsiones, tiene emociones, tiene deseos, y es tan irresponsable que no mide las consecuencias de sus actos. Es un inconsciente que lo único que busca es satisfacer sus deseos.


La mente reactiva inconsciente, a pesar de que abarca todas las mentes, es, en sí, un mecanismo mental completo. Se la incluye entre las mentes reactivas porque también reacciona. Pero es la más peligrosa y la más difícil de tratar, precisamente porque interactúa con todas las mentes. Si una persona de alguna manera se vigila puede controlar los impulsos de la mente reactiva impulsiva, y eventualmente también de la mente reactiva automática, pero no puede hacer lo mismo con la mente reactiva inconsciente, pues como ésta está muy escondida, no puede percibir los conflictos que está gestando.

El secreto para que esa mente reactiva inconsciente no tenga poder es estar permanentemente en amor, es estar pensando continuamente en el otro, es estar respetando permanentemente al otro. Pero recordando primero que todo trabajo pasa por uno mismo. No existe en ninguno de los planos una entidad que ame a otra si primero no se ama a sí misma, y esto no tiene nada que ver con el egocentrismo, sino con el egoísmo. Egoísmo no significa no querer a los demás, significa quererse a uno mismo. Y el egoísmo está bien, porque la única forma de poder querer al otro pasa por aceptarse primero uno. Si uno se acepta, si uno se respeta, acepta y respeta al otro. Entonces, todas las pulsiones, todas las emociones, todos los deseos descarrilados van a quedar encarrilados dentro de esa mente y no van a afectar a terceros.
Mente somática. Dn y Cn. Parte o función de la mente que, dirigida por la mente analítica, la mente reactiva impulsiva (v.) o la mente reactiva automática (v.), ejecuta las órdenes a nivel físico (por ejemplo, impulsando al organismo a la huida, produciéndole enfermedades orgánicas (artritis, úlceras, alergias, etc.) o trastornos mentales (depresión, fobias, etc.).

Entrevista a Joe Dispenza: “Podemos reprogramar nuestro cerebro para cambiar el comportamiento”

Texto de Ima Sanchís
El bioquímico y estudioso del funcionamiento cerebral Joe Dispenza defiende el poder de esta parte del ser humano para reinventarse cada día. Habla de química, de física, de hábitos, de reprogramación y de una inteligencia superior que tanto le da denominar divina, espiritual o subconsciente. Cree en la capacidad de construir y conducir el propio cerebro y a través de él influir en el cuerpo basándose en su experiencia personal y en la observación de enfermos con remisiones espontáneas.

Hace algo más de veinte años, Joe Dispenza (uno de los maestros de “El Secreto”), fue arrollado por un todoterreno cuando participaba en un triatlón. El diagnóstico de los cuatro cirujanos que consultó coincidía, tenía que operarse inmediatamente, debían implantarle barras de Harrington (de 20 a 30 centímetros desde la base del cuello hasta la base de la columna), ya que la tomografía demostraba que la médula estaba lesionada y que podría quedarse paralizado en cualquier momento.
Dispenza, que era quiropráctico, sabía muy bien lo que eso significaba: una discapacidad permanente y, muy probablemente, con un dolor constante. Su decisión fue arriesgada: intentaría ayudar a su cuerpo a que se recuperara de manera natural, conocía bien todo lo concerniente a huesos y músculos e ideó un plan de acción que incluía autohipnosis, meditación, una dieta que ayudara a sus huesos a regenerarse y ciertos ejercicios en el agua. Se recuperó totalmente en un tiempo récord y decidió ahondar en el tema.
Durante ocho años, estudió las remisiones espontáneas de enfermedades y le sorprendieron tanto los resultados que decidió volver a la universidad para intentar explicar científicamente lo que había descubierto: el poder de nuestro cerebro como director ejecutivo del cuerpo.
Joe Dispenza estudió Bioquímica en la Universidad Rutgers de New Brunswickle, en Nueva Jersey; obtuvo el doctorado en Quiropráctica en la Life University de Atlanta, donde se licenció magna cum laude y recibió el premio Clinical Proficiency Citation por la extraordinaria calidad de su relación con los pacientes. Miembro de la International Chiropractic Honor Society, ha cursado estudios de posgrado en neurología, neurofisiologí a, función cerebral, biología celular, genética, memorización, química cerebral, envejecimiento y longevidad. Desde 1997 ha dado conferencias ante más de diez mil personas en 17 países de los cinco continentes. A finales de mayo hablará en Madrid y Barcelona coincidiendo con la edición española de su libro Desarrolla tu cerebro.
“Podemos cambiar la mentalidad al crear nuevos cableados en el cerebro y fortalecerlos con nuestro pensamiento”
¿Cómo empezó a interesarse por el cerebro?
He entrevistado a cientos de personas que han sido diagnosticadas con enfermedades -tumores malignos y benignos, enfermedades cardiacas, diabetes, alteraciones respiratorias, hipertensión arterial, colesterol alto, dolores músculo esqueléticos, raras alteraciones genéticas para las que la ciencia médica no tiene solución…-, pero cuyo cuerpo se ha regenerado por sí solo sin la ayuda de una intervención médica convencional, como la cirugía o los fármacos.
¿Milagro?
Observé que una de las causas principales de esas remisiones espontáneas era que habían cambiado su forma de pensar, así que volví a la universidad e hice la carrera de neurociencias para poder explicar qué es lo que ocurría.
Cuando afirmo que nuestros pensamientos se convierten literalmente en materia, me baso en la más pura vanguardia científica. Básicamente, esos individuos cambiaron la arquitectura neurológica de su
cerebro.
Estimulante curiosidad la suya.
Todas esas personas que tenían una remisión espontánea compartían cuatro cualidades específicas.
Lo primero es que todas aceptaron, creyeron y entendieron que había una inteligencia superior dentro de ellos, da igual si la calificaban de divina, espiritual o subconsciente.
Lo segundo es que todas aceptaron que fueron sus propios pensamientos y sus propias reacciones las que crearon su enfermed
Puedo hablar y citar estudios sobre cualquiera de estos temas durante media hora. Hay un floreciente campo científico llamado psico-neuroinmunología que demuestra la conexión existente entre la mente y el cuerpo.
Le creo, pero avancemos en sus conclusiones.
La tercera característica común es que cada persona decidió reinventarse a sí misma para llegar a ser otro.
Y los estudios actuales en neurociencias muestran que esto es totalmente posible.
Por último, tenían en común que durante el periodo en que intentaban meditar o imaginar en qué querían convertirse, hubo tiempos largos en que perdieron la noción del tiempo y el espacio.

¿Y eso qué significa?
El lóbulo frontal representa un 40% ciento de la totalidad del cerebro, y cuando estamos de verdad concentrados o focalizados, el lóbulo frontal actúa como un control de volumen. Como tiene conexiones con todas las demás partes del cerebro, puedo rebajar el volumen del tiempo y del espacio. En otras palabras, los circuitos que tienen que ver con mover tu cuerpo, sentirlo, percibir lo que hay fuera y percibir el tiempo pasan a un segundo plano, y el pensamiento se convierte en la experiencia en sí, es más real que cualquier otra cosa. De este modo el lóbulo frontal elimina todo lo que no es prioritario para focalizarse en un único pensamiento, y es en ese momento en que el cerebro rehace su cableado.
¿En qué se traduce?
Aquello en lo que pensamos y en lo que concentramos nuestra atención con más frecuencia es lo que nos define a escala neurológica.
Un reciente estudio demuestra que las grandes ideas surgen cuando uno está relajado, pensando en otras cosas.
Entre la intención y el rendirse. Antes se creía que la parte derecha del cerebro es la parte emocional o sentimental, el lado creativo, y la izquierda, la racional o lógica. Pero de hecho, el lado derecho del cerebro es el responsable de procesar la novedad cognitiva, las nuevas ideas que, cuando ya están memorizadas, cuando se convierten en familiares, pasan al lado izquierdo del cerebro. Es lo que conocemos como rutina cognitiva.
¿Cambiar las marchas del coche?
Todas esas cosas que hacemos sin pensar, sí. Esa es la razón de que cuando un neófito escucha música la oiga con el lado derecho del cerebro, pero un músico profesional lo haga con el izquierdo. Esto significa que tenemos la oportunidad de aprender cosas nuevas y recordarlas, es la manera que tiene la evolución de hacer conocido lo desconocido. Podemos cambiar nuestra mentalidad. Al crear nuevos cableados y fortalecerlos con nuestro pensamiento, dándoles prioridad, los que no utilizamos tienden a desaparecer.
Usted habla de inteligencia espiritual, ¿qué es eso, cómo lo explica desde un punto de vista científico?

No hay nada místico en ello. Se trata de la misma inteligencia que organiza y regula todas las funciones corporales. Esta fuerza hace que nuestro corazón lata ininterrumpidamente unas cien mil veces cada día sin que nosotros pensemos siquiera en ello, y se encarga de las sesenta y siete funciones del hígado, aunque la mayoría de la gente ni siquiera sabe que ese órgano realiza tantas tareas. Esta inteligencia sabe cómo mantener el orden entre las células, los tejidos, los órganos y los sistemas corporales, porque ha sido ella quien ha creado el cuerpo a partir de dos células individuales.
¿El poder que da origen al cuerpo es el poder que lo mantiene y lo sana?
El cerebro no puede cambiar el cerebro porque es sólo un órgano, y la mente no puede cambiar el cerebro porque es un producto del cerebro. Así que tiene que existir algo que está operando en el cerebro para que cambie la mentalidad.
¿Cómo define ese algo?
Ja, ja, ja, esa es una pregunta muy filosófica, dos botellas de vino y quizá cuatro horas, porque se trata de la búsqueda del ser. Pero por el momento es curiosamente la ciencia la que nos permite explicar que efectivamente tenemos control sobre nuestra mente y nuestro cerebro, es decir, que no somos un efecto de nuestros procesos biológicos sino una causa. Básicamente, más allá de mis estudios sobre las remisiones espontáneas de enfermedades, lo que intento transmitirle es que nuestros pensamientos provocan reacciones químicas que nos llevan a la adicción de comportamientos y sensaciones y que cuando aprendemos cómo se crean esos malos hábitos, no sólo podemos romperlos, sino también reprogramar y desarrollar nuestro cerebro para que aparezcan en nuestra vida
comportamientos nuevos.
¿Y la predestinación genética?
La investigación científica de vanguardia está mostrando que la genética tiene la misma plasticidad que el cerebro. Los genes son como interruptores, y es el estado químico en que vivimos el que hace que algunos estén encendidos y otros apagados. Se ha realizado un estudio muy interesante en Japón con enfermos dependientes de la insulina tipo dos que mostraba cómo los enfermos sometidos a programas de comedia normalizaban su nivel de azúcar en sangre sin necesidad de insulina. Veinticuatro genes activados sólo por el hecho de reírse. Los genes son igual de plásticos que nuestro tejido neuronal.
¿Cada vez que pensamos fabricamos sustancias químicas?
Así es, y estas sustancias a su vez son señales que nos permiten sentir exactamente cómo estábamos pensando. Así que si tienes un pensamiento de infelicidad, al cabo de unos segundos te sientes infeliz. El problema es que en el momento en que empezamos a sentir de la manera en que pensamos, empezamos a pensar de la manera en que nos sentimos, y eso produce aún más química.
Un círculo vicioso.
Sí, y así se crea lo que llamamos el estado de ser. La repetición de estas señales hace que algunos genes estén activados y otros apagados. Memorizamos este estado como nuestra personalidad, así que la persona dice: “Soy una persona infeliz, negativa, o llena de culpa”, pero en realidad lo único que ha hecho es memorizar su continuidad química y definirse como tal. Nuestro organismo se acostumbra al nivel de sustancias químicas que circulan por nuestro torrente sanguíneo, rodean nuestras células o inundan nuestro cerebro. Cualquier perturbación en la composición química constante, regular y confortable de nuestro cuerpo dará como resultado un malestar.
Estamos enganchados a nuestra química interna.
Sí, haremos prácticamente todo lo que esté en nuestra mano, tanto consciente como inconscientemente y a partir de lo que sentimos, para restaurar nuestro equilibrio químico acostumbrado. Es cuando el cuerpo ya manda sobre la mente.
¿Propone cambiar la química cerebral con nuestro pensamiento?
Es una parte de mi trabajo, no se trata sólo de cambiar la química cerebral, también los circuitos cerebrales, el cableado. Si podemos forzar al cerebro a pensar con otros patrones o secuencias, estamos creando una nueva mente. El principio de la neurociencia es que si las células neuronales se activan conjuntamente, se entrelazan creando una conexión más permanente. Una persona ante una situación, por nueva que sea, recurre a esa conexión, es decir, repite el mismo pensamiento una y otra vez y da las mismas respuestas, su cerebro no cambia, vive con la misma mente cada día.
¿Cómo interrumpir el ciclo?
A través del proceso de conocimiento y de la experiencia podemos cambiar el cerebro. Es buena idea examinar constantemente qué podemos cambiar dentro de nosotros. Si cada mañana nos planteáramos cuál es la mejor idea que podemos tener de nosotros mismos, tendríamos otro tipo de mundo.
¿Qué preguntas debemos hacernos para sentir de otra manera?
La mayoría de las personas cree que las emociones son reales. Las emociones y los sentimientos son el producto final, el resultado de nuestras experiencias. Si no hay experiencias nuevas o vividas de otra manera, vivimos siempre en la actualización de sentimientos pasados. Se trata del mismo proceso químico vez tras vez. Una pregunta que ayudaría a cambiarnos es: ¿qué sentimiento tengo cada día que me sirve de excusa
para no cambiar? Si las personas empiezan a decirse: yo puedo eliminar la culpa, la vergüenza, las sensaciones de no merecer, de no valer….; si podemos eliminar esos estados emocionales destructivos, empezamos a liberarnos, porque son estos estados emocionales los que nos impulsan a comportarnos como animales con grandes almacenes de recuerdos. ¿Cuál es el mayor ideal de mí mismo? ¿Qué puedo cambiar de mí mismo para ser mejor persona? ¿A quién en la historia admiro y qué quiero emular?
Pero saber quién quieres ser no es suficiente para cambiar tu cableado.
No. El conocimiento es lo que precede a la experiencia. Aprender una información es personalizarla y aplicarla. Debemos modificar nuestro comportamiento para poder tener una nueva experiencia que a su vez crea nuevas emociones. El conocimiento es para la mente; la experiencia, para el cuerpo. Tenemos que enseñar al cuerpo lo que la mente ha entendido intelectualmente. Si seguimos repitiendo esa experiencia, se archiva en un sistema nuevo en el cerebro, y eso permite pasar del pensar al hacer, al ser.
El siguiente paso es cambiar hábitos de comportamiento, tiene que haber acción.
El hábito más grande que tenemos que romper es el de ser nosotros mismos, porque la neurociencia y la psicología dicen que la personalidad ya esta formada antes de los 35 años, eso significa que tenemos los circuitos hechos para poder enfrentarnos a cualquier situación y, por lo tanto, vamos a pensar, a sentir y a actuar de la misma manera el resto de nuestros días. Pero los últimos estudios muestran que es posible cambiar la personalidad en todas las etapas de la vida, para eso hay que convertir el hábito inconsciente en algo consciente, llegar a tener conciencia de esos pensamientos y sentimientos inconscientes.
¿Eso son 20 años de psicoanálisis?
Aunque llegues a entender intelectualmente que tu padre era muy dominante, eso no cambia tu condición. El primer paso siempre es aprender. Mientras vamos aprendiendo nueva información y empezamos a pensarla, la contrastamos con nuestras creencias y la analizamos, estamos cambiando nuestro cableado, construyendo una nueva mente. Una vez esa nueva mente está establecida, tenemos que empezar a pensar cómo mostrarla, y ahí entra el cuerpo. Cualquier proceso de cambio requiere el desaprender y el reaprender.

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La mecánica del pensamiento

De: Sensei Labrousse




La mecánica del pensamiento

Todo el día y toda la noche estamos pensando una infinidad de cosas distintas, pasa por la mente una especie de película cinematográfica constante, pero desconectada. Entre tantas ideas diferentes nos detiene alguna que otra. A estas las contemplamos mentalmente, les damos vuelta, posiblemente las comentamos con alguien, y luego volvemos a repararlas mas tarde. Esas ideas se convierten en imágenes mentales. La imagen mental es la que pasa al subconsciente, se establece allí y vuelve, y es lo que llaman los psicólogos un reflejo.

El subconsciente no discierne, esa no es su función, él no tiene el poder para protestar. No tiene voluntad propia. No tiene sentido de humor. No sabe si la orden que le hemos dado es un chiste o es en serio. Su función consiste: primero, en almacenar las imágenes mentales y luego lanzarlas hacia fuera como salen las copias fotostáticas. Es un autómata o un robot. Es un servidor maravilloso que nos economiza la tarea de recordar y poner en práctica todo lo que vamos aprendiendo y que hemos ido aprendiendo desde que éramos más que una gota de agua en el océano. Es, pues, un secretario, un archivador, un bibliotecario. Al no haber más archivado la imagen mental que le preparamos, él comienza a reproducirla, aprovechando la más insignificante oportunidad, para el resto de la vida… y las vidas… del sujeto, hasta que el sujeto le da la orden de cambiar una imagen por otra.

Sensei Diego Labrousse

Cuando saboteamos nuestro éxito con nuestro propio diálogo mental

La persona promedio habla consigo misma, ya sea mentalmente o en voz alta, un total de catorce horas diarias. ¿Te puedes imaginar esto? Más de la mitad del día estás hablando contigo mismo. Virtualmente, durante cualquier actividad externa que realices, tu diálogo interno nunca se detiene. Este eterno diálogo mental entre tu consciente y tu subconsciente ocurre mientras conduces tu automóvil, cuando estás trabajando o descansando, comiendo, hablando, escuchando e, inclusive, durmiendo.

Siempre estás analizando el resultado de algo que hayas hecho con anterioridad: estás preguntándote que vas a hacer más tarde, revisando tus metas, juzgando y formándote opiniones de otras personas o criticando tu propio comportamiento.

Hablar con uno mismo, meditar, reflexionar, cavilar o cuestionarse, es una forma de programar y reprogramar nuestra mente, de afirmar nuestros valores, de establecer creencias o ideales acerca de diferentes situaciones o personas, o de formar opiniones acerca de nosotros mismos, de nuestro potencial o de nuestras debilidades.

Puesto que ese diálogo interno es el mecanismo mediante el cual programamos nuestra mente, y creamos la imagen mental del futuro que deseamos edificar, tiene sentido el prestar atención a lo que estamos haciendo con esas catorce horas diarias de diálogo mental. Sorprendentemente, varias investigaciones han mostrado que más del 80% de este diálogo interno es negativo, pesimista, contraproducente y, seguramente, nos impide utilizar nuestro verdadero potencial.

Leíste bien, la gran mayoría de nosotros se encarga de sabotear su propio éxito con su diálogo interno. ¿Cómo? Muy fácil; estudiantes que van a presentar un examen o una prueba con la seguridad de que no la van a aprobar; personas que se presentan a una entrevista de trabajo con la absoluta certeza de que no serán aceptados; vendedores que visitan a sus clientes para presentarles un nuevo producto, pero inconscientemente están seguros que serán rechazados.

Tan absurdo como pueda parecer, muchas personas emplean gran parte de su día pensando en cientos de problemas que aún no han sucedido, pero pueden llegar a suceder, repasando mentalmente sus debilidades, recordando errores pasados y caídas, ensayando una y otra vez los fracasos que desesperadamente buscan evitar, o peor aún, interiorizando falsas creencias acerca de su propio potencial. Es increíble que tantas personas sean víctimas de este comportamiento irracional. Emplean casi la mitad de su día propinándose penosos castigos mentales que lo único que logran es mantenerlas atadas a la mediocridad de la cual quieren salir.

Recuerda que la ley de la atracción estipula que atraeremos hacia nosotros todo aquello en lo que concentremos nuestro pensamiento de manera constante y persistente. ¿Qué podemos atraer hacia nuestra vida si el 80% del tiempo lo dedicamos a enfocarnos en nuestras caídas, debilidades y temores? Curiosamente, gran parte del auto sabotaje ocurre de manera inconsciente. No lo hacemos porque deseemos hacernos daño. Es más, en muchas ocasiones es el resultado de buenas intenciones.

Un ejemplo sobre cómo nuestra mente puede convertirse en nuestro peor enemigo es observando lo que sucede habitualmente cuando estamos empeñados en que algo salga excepcionalmente bien. Generalmente, comenzamos a pensar en lo que tenemos que hacer para que todo salga bien y, de paso, pensamos en todo lo que no debemos hacer. Lo curioso es que entre más pensamos en lo que no debemos hacer, más fuerza gana esta imagen en nuestra mente. Es como si entre más dijéramos "no podemos equivocarnos en tal cosa", más nos visualizáramos equivocándonos. De repente nos invade el pánico ante la inminente posibilidad de equivocarnos, que ahora aparece más real que nunca.

Es común ver éste comportamiento entre aquellos que deben hablar frente a un grupo de personas, especialmente si es de manera inesperada. Hablar en público es uno de los mayores temores de la persona promedio. Tanto es así que para muchos, el hacerlo, se encuentra más arriba que el temor a la muerte en su lista de miedos ¿Te puedes imaginar esto? Ellos aseguran que preferirían morir antes de tener que hablar en público. No es una exageración; trata de obligarlos a hablar en público y te darás cuenta del temor tan aterrador que les produce esta idea. Su estado mental cambia instantáneamente, comienzan a sudar, se les aceleran los latidos del corazón, se les debilitan las piernas al punto que muchos de ellos llegan a desmayarse.

En cierta ocasión, en una de mis conferencias sobre la comunicación efectiva, le dije a la audiencia que en unos minutos iba a escoger a una persona para pasar al frente del escenario a hablarnos sobre lo que hacía en su trabajo. Después de unos minutos comencé a caminar hacia ellos, pretendiendo buscar al afortunado voluntario que tendría que hablar ante las 600 personas que se encontraban presentes. Después de un momento, paré la búsqueda y anuncié que no llamaría a nadie y que mi verdadero propósito era que analizáramos las reacciones iniciales que experimentaron en su mente cuando hice el anuncio.

Algunas personas confesaron estar felices de poder participar y hasta levantaron la mano para que los escogiera a ellos. Sin embargo, muchos confesaron que habían comenzado a rezar para que no fueran ellos las víctimas; algunos experimentaron tal estado de pánico que llegaron a pensar en retirarse del salón, inventarse una salida repentina al baño o esconderse bajo la mesa.

A estas personas les pregunté: "¿Qué pasó por tu mente cuando hice aquel anuncio?" Algunos de ellos me confesaron que inmediatamente después de haberlo escuchado, ya habían construido imágenes en su mente en las que veían sus piernas temblando, sus manos sudorosas y sus rostros pálidos. Se veían hablando incoherentemente ante 600 extraños, olvidando hasta su nombre sin encontrar cómo articular la más sencilla de las ideas.

Algunos describían cómo, entre más se repetían a sí mismos "¡no me van a temblar las piernas! ¡No me van a temblar las piernas!, más veían sus piernas temblando. Y de esta misma manera, millones de personas sabotean cada día sus posibilidades de éxito. Sin quererlo, visualizan todo lo que puede salir mal, que es precisamente lo que quieren evitar. Pero entre más piensan en ello, más reales se vuelven estas imágenes. De repente, comienzan a escuchar voces internas que les dicen: "¿Qué vas a hacer? ¿Se te olvidó lo pésimo que eres hablando en público? ¡Vas a hacer el ridículo! ¿Has olvidado aquella ocasión en que tu mente se quedó en blanco y por poco te desmayas?" Todas estas imágenes, producto de su diálogo interno, no sólo no les permiten hacer un buen trabajo, sino que reafirman aún más profundamente la idea de que no sirven para hablar en público.

No sé si te has encontrado alguna vez en una situación similar, cuando debido al diálogo interno errado, tú mismo te has encargado de poner en tu mente programas mentales que te limitan, te paralizan y te hacen sentir incapaz. El resultado de este círculo vicioso es por lo general una pobre autoestima y la atracción de todo aquello que buscábamos evitar.

Así que vale la pena detenernos a pensar qué clase de imágenes estamos dibujando en nuestra mente y en la mente de los demás con nuestro diálogo interno y externo.

Si le decimos a un niño que es "un fracasado" o "un bueno para nada", ¿qué clase de imágenes formará este niño en su mente? y, más importante aún, ¿cómo lo afectarán dichas imágenes? Muchos padres prestan poca atención a esto sin pensar que sus palabras son órdenes que tienen la capacidad de programar la mente de sus hijos. Así que mantén siempre presente la relación palabra-imagen, porque esta relación te afecta y muchas veces puede ser la semilla de una pobre autoestima.

Muchas personas generan imágenes internas de fracaso y escuchan voces interiores que les recuerdan constantemente sus debilidades; dos procesos mentales que los conducen por adelantado al fracaso porque los obligan a visualizar precisamente lo que no desean.

¿Ves los efectos tan devastadores que pueden tener estas imágenes que nosotros mismos hemos creado con nuestro diálogo interno? Esta es quizás una de las consecuencias más significativas de la ley de la atracción: aquellas expectativas que nos encargamos de formar en nuestra mente terminan siendo profecías hechas realidad.

jueves, 15 de abril de 2010

¡Cuidado con las programaciones!

Desde la aparición de las computadoras se han usado los términos relativos a ellas en forma cotidiana y con aplicación al ser humano. De la misma manera como decimos que se programa la computadora, así hablamos de nuestras propias programaciones que rigen nuestra conducta. Se instala el programa, se archiva o se cancela el programa. Lo mismo hablamos de nosotros mismos; nos instalamos programas y cancelamos otros y funcionamos de acuerdo a lo que hemos instalado a lo largo de nuestra vida.

De acuerdo con la PNL somos un cúmulo de programas ambulantes que estamos en constante actividad mental, de acuerdo con nuestros propios y únicos programas. ¿Cómo realmente es que nos programamos y qué sucede cuando lo hacemos? ¿Cómo es que algunos programas persisten en nuestra vida y otros van perdiendo el efecto?

Por un lado hemos acumulado programas básicamente a través del aprendizaje. Aprendemos desde antes de nacer y vamos grabando patrones mentales sin ser conscientes. Reconocemos sonidos, estados de ánimo y sensaciones en el vientre de la madre. Al nacer nos enfrentamos a un sinnúmero de estímulos que empezamos a absorber y a grabar sin control con el afán de aprender y de darnos cuenta que finalmente es parte de nuestra naturaleza.

Nuestro cerebro funciona como una computadora, incluso mucho mejor que una computadora. Absorbe una cantidad enorme de información y la organiza de una manera desconocida para nosotros. La computadora no sirve sin programa y tampoco sirve si teniendo el programa nadie lo utiliza. Constantemente estamos mandando nuevos programas, ideas, pensamientos al cerebro y se graban y los usamos día tras día.

Durante la infancia grabamos cientos, miles de programas que nos son dados por los padres, parientes, maestros, amigos y medios de comunicación. Recibimos programas buenos de salud y disciplina, otros de conocimientos y orden, otros de obediencia y amor, y muchos otros de todo tipo.

Una manera de instalar un programa es por medio de la repetición. Programación Neurolingüística justo indica que los programas viajan por las neuronas por medio del lenguaje. Y la repetición causará que se instale el programa. De niño seguramente te repitieron mil veces “lávate los dientes”, hasta que un día lo empezaste a hacer por tu cuenta sin que te lo dijeran. Y ese fue un buen programa. En la escuela te enseñaron las tablas de multiplicar repitiéndolas continuamente hasta que se quedaron grabadas en tu mente. Y ese fue otro buen programa. Cada vez que no cumplías con la tarea tenías un castigo y pronto aprendiste que esto no te convenía, entonces aprendiste a cumplir. Este fue también un buen programa porque te enseñaron a ser responsable.

Otra manera de instalar un programa es que se imprima en una sola vez. Este programa tiene tanta intensidad que se instala de inmediato y se queda fijo por mucho tiempo.

La maestra de segundo de primaria un día enfrente de toda la clase te gritó “eres un desordenado” y te avienta tu cuaderno y tú sentiste una terrible humillación. Ese fue un programa que se instala de una vez y causa estragos en la persona. Si el niño acepta esas palabras, las convierte en una creencia, quedará huella en su estructura profunda y será desordenado por mucho tiempo si es que no por el resto de su vida. Este programa se convierte en un estorbo para el. Además de que actúa directamente en su autoestima y en sus capacidades.

Desde luego que hay que corregir a los niños, hay que llamarles la atención, y ponerles límites, sin embargo, hay que cuidar el lenguaje que se usa, el tono y el volumen, porque con el lenguaje las maestras programan a sus alumnos a que las quieran o no las quieran, a que sean aplicados o desordenados, que les guste la escuela o no. De igual manera la madre, programa a su hijo a sentirse querido, o menospreciado, admirado o humillado.

Y estos programas no sólo se dan en la niñez, sino que continúan en la adolescencia y luego en la etapa adulta. Cualquiera te puede decir algo que te programe a dejar de hacer algo o a seguirlo haciendo. Las palabras tienen un gran poder en el receptor. El locutor no sabe en qué estado de ánimo se encuentra la contraparte y cómo le pueda afectar lo que diga. Aquí nos referimos a la relación en el trabajo entre el jefe y sus asistentes o empleados, también a la relación entre amigos donde hay más confianza, y también en la relación de pareja. Tenemos la capacidad continua de programar al otro por medio de nuestro lenguaje y por supuesto que el efecto también es reversible; otros nos programan por medio de sus palabras.

Te recomiendo que tomes un momento para reflexionar sobre los programas que tienes en tu “mapa” (ver artículo de "El mapa mental y la realidad"), que son programas que has aceptado consciente o inconscientemente. Ahora puedes hacer conciencia de ello y ver cuales sí te sirven y cuáles te estorban o ya no están vigentes en tu vida actual. Si una maestra te decía “desordenado”, haz un análisis para ver si has corregido eso y entonces desecha ese programa porque ya no estás en la primaria. Revisa otros programas que te molestan y trata de llegar a su inicio para que igual que en la computadora, los puedas borrar, modificar o cancelar. Acuérdate que tú puedes dirigir tu mente y por lo tanto tus programas, pero debes de ser consciente de ello.

La programación más peligrosa es la que hacemos con nosotros mismos. Ese diálogo interno que persiste todo el día también nos programa. ¿Qué te dices todo el día en cuanto al trabajo? No puedo, me da flojera, no tengo tiempo, soy un fracaso, me da miedo avanzar. Cuidado con tus palabras porque estás creando un programa con la repetición y con el tiempo puede convertirse en una realidad. Al ser una realidad ya es un hábito en ti y se convierte en parte de tu vida y tu personalidad. Y lo curioso de esto es que sucede casi sin darnos cuenta que lo hacemos. Pocas veces nos damos cuenta de todo lo que pensamos y lo que nos decimos. Somos extremadamente nocivos con nosotros mismos sin saberlo.

Necesitamos estar alertas para darnos cuenta qué estamos pensando sobre nosotros mismos y qué nos decimos en forma continua. Piensa ¿qué te dices en cuanto a tu salud? ¿Qué te dices en cuanto a tus relaciones? ¿Qué te dices en cuanto a tus capacidades? ¿Qué te dices en cuanto a tus éxitos y a tus fracasos? Toma en cuenta si eres amable contigo mismo en situaciones difíciles o eres duro.

Lo que eres el día de hoy es el resultado de todos tus programas y esos programas se instalaron por medio del lenguaje y tú los aceptaste, como ya dijimos, consciente o inconscientemente, pero allí están. Muchos de tus programas tú los instalaste sin ayuda de nadie. Ahora es el momento de ordenar tus programas y realizar una limpieza mental para que puedas funcionar mejor por la vida, en todas tus actividades. Busca mantener los programas que te dan motivación, energía, autoestima alta, capacidades, impulso, iniciativa y los demás mándalos al archivo muerto para que poco a poco se vayan desintegrando.

Cuida tus palabras contigo mismo y cuida tus palabras para con los demás porque los puedes programar negativamente. Puedes empezar a entrenar tu mente y aprovecha las palabras para motivar y programar a los que te rodean positivamente. Es un buen hábito y las personas querrán estar contigo porque se sienten motivados por ti. Sé consciente de lo que dices y cómo lo dices.

miércoles, 14 de abril de 2010

Ejercicios de autoconocimiento, autoestima y optimismo

Ejercicios de autoconocimiento, autoestima y optimismo
In memoriam

Y ahora vamos a hacer algo parecido, aunque menos exigente. Es un juego quizá un poco morboso: se trata de escribir tu propia necrológica o, más simple aún, decir qué te gustaría que escribieran en tu lápida.

*Spike Milligan, escritor y comediante irlandés, quería esta frase: «Ya te dije que no me encontraba bien».

*Tom Peters, el gurú americano de los negocios, quiere: «Era un jugador».

*Yo pensé que, por ejemplo «Hizo que los demás se sorprendieran de sí mismos», no estaba mal. O «Hizo que nuestra vida fuera mejor» o «Vivió mucho y no temía decirlo».

Para que te vayas haciendo una idea.

El asunto está en centrarse en algo que quieres y expresarlo de la manera más sencilla posible (por ejemplo: «Quería sorprender al mundo como cantante y amante; consiguió ambas cosas»).

¿Te conoces mejor ahora?

La «M» es de milagro, el milagro de conocerse a uno mismo. Esta es la lista que debes repasar para pasar del estado de «no me conozco demasiado bien» al de «me conozco como la palma de mi mano».

*Espejos: ¿qué aspecto tienes?

*Máxima capacidad: ¿en qué eres bueno?

*Mentores: ¿qué es lo que te hace sacar lo mejor de ti?

*Control del ego: menos «yo» y más escuchar a los demás.

*Aúna tus fuerzas y tus logros: creer en ti mismo.

*Elimina todo lo que te hace caer en picado.

*Muchos puntos de vista: cómo te ven los demás.

*Homenaje: qué te gustaría que dijeran de ti.

Cosas a tener en cuenta

*El verdadero conocimiento de uno mismo nos permite tomar la delantera en la vida.

*Pero no nos conocemos de verdad. La mayoría damos por garantizados nuestros cuerpos, que nos acogen, y nuestros cerebros, el mejor ordenador del mundo.

*Imagina por un instante que te dejan conducir un Lamborghini Mura o que te permiten acceder a un ordenador de máxima potencia.

*Ahora piensa cómo podrías hacer para controlar ambas cosas sin dañarlas: bien, te vas posicionando.

*Tú eres ese coche, tú eres esa maravilla de ordenador. Lo único que necesitas saber es eso y trabajar.

*Vivimos en un milagro. Somos un milagro.

*Sabiendo quiénes somos y haciendo todo lo que tenemos en nuestras manos nos sorprenderemos a nosotros mismos y a los demás.

*Sé consciente de quién eres y de dónde estás. Piensa cómo sacar el máximo provecho de ti para causar la mejor impresión.

*Conócete a ti mismo.

*Saca a la luz lo positivo.

*Elimina lo negativo.

*Disfruta.

domingo, 11 de abril de 2010

El cerebro recuerda el futuro para ahorrar energía

Un experimento demuestra que la capacidad cerebral de predicción reduce la actividad neuronal en el córtex


Un equipo de neurocientíficos europeos ha constatado en un experimento en el que se registraron imágenes de la actividad del cerebro de 12 personas, que nuestra corteza visual no sólo procesa los estímulos visuales sino que, además, prevé lo que vamos a ver, como si “recordara el futuro”. Esta capacidad del cerebro para adelantarse a lo que le presenta la realidad supone un ahorro energético, tal y como ya estableció Karl Friston en su llamado “principio de la energía libre”. Las consecuencias de éste y otros hallazgos recientes podrían impulsar la creación de una teoría unificadora del cerebro y también una revolución en la investigación sobre el cerebro, afirman los especialistas. Por Yaiza Martínez.



Investigadores del departamento de psicología de la Universidad de Glasgow, en Escocia, y del Max-Planck Institute for Brain Research, de Frankfurt, en Alemania, han descubierto que el cerebro ahorra energía previendo lo que posiblemente veremos.

En otras palabras, que la llamada corteza visual del cerebro no se limita, simplemente, a reaccionar ante los estímulos visuales sino que, además, predice lo que vamos a ver antes de que lo realmente lo veamos, cuando nos encontramos en contextos familiares como nuestro hogar o nuestro lugar de trabajo.

Según publica la Universidad de Glasgow en un comunicado, gracias a esta actividad de “predicción”, el cerebro tiene que utilizar menor cantidad de energía para procesar imágenes.

En caso de que cualquier cosa inesperada aparezca en el entorno conocido en que nos encontramos, la corteza visual se vuelve más activa, con el fin de procesar la información novedosa.

Lars Muckli, director del presente estudio e investigador especializado en el proceso cerebral de la información contextual y de las asociaciones que el cerebro aprende para predecir hechos futuros, explica la cuestión con un ejemplo.

Si nos encontramos frente al escritorio de nuestra oficina, que hemos visto cientos de veces, nuestro cerebro no necesita emplear mucho tiempo para procesar esta escena conocida.

Lo que sucede, en realidad, es que nuestra corteza visual tiene ya formada una imagen mental de dicho espacio, que le sirve para predecir lo que veremos, antes incluso de que entremos en la habitación.

Sin embargo, si en un momento dado entráramos en la oficina y allí encontráramos algo totalmente inesperado, como a una persona desconocida sentada en nuestra propia silla, el cerebro tendría que hacer un gran esfuerzo para procesar una escena que no sería “tal y como se esperaba”.

Principio de la energía libre

La intención de Muckly y sus colaboradores de constatar experimentalmente este funcionamiento del cerebro ante los contextos visuales ya conocidos surgió a partir de una hipótesis relativamente reciente, desarrollada por otro neurocientífico, en este caso del University College London, llamado Karl Friston.

Dicha hipótesis, bautizada como “principio de la energía libre”, señala que, en general, el cerebro predice activamente las señales que va a recibir, en lugar de sólo procesar activamente la información que le llega a través de los sentidos.

Según la agencia de noticias de la Unión Europea, CORDIS, en una conferencia organizada por el Parlamento Europeo el pasado 16 de marzo, Friston explicó que, desde la acción a la percepción, en el cerebro todo se fundamenta en reducir al mínimo la energía libre.

El cerebro funcionaría, por tanto, conforme a un principio de probabilidades por el que realiza predicciones sobre el mundo constantemente, y las actualiza de acuerdo con lo que percibe.

Friston afirma que la acción y la percepción, según el principio de la energía libre, estarían siempre orientadas hacia la optimización de la actividad neuronal, con implicaciones para el aprendizaje, el desarrollo neuronal y la evolución.


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Muckli y sus colaboradores probaron la veracidad del principio de la energía libre en un experimento con 12 voluntarios a los que se les pidió que observaran un estímulo visual, al tiempo que eran sometidos a un escáner fMRI o de resonancia magnética funcional, que permite mostrar en imágenes las regiones cerebrales que ejecutan una tarea determinada.

Los participantes en el estudio tenían que mirar a un punto fijo en la pantalla de un ordenador. Sobre éste y por debajo de él aparecían y desaparecían alternativamente otros dos puntos, generando una ilusión de movimiento.

Asimismo, los investigadores presentaron brevemente un tercer punto móvil en pantalla. Para probar los estímulos predecibles, este punto podía aparecer en algún lugar entre los otros dos puntos móviles, de forma regular. Para probar los estímulos no predecibles, dicho punto aparecía sin sincronización con la ilusión de movimiento que generaban los otros.

La actividad de la corteza visual primaria (V1) (área visual más estudiada del cerebro, localizada en el polo posterior de la corteza occipital) de cada sujeto fue registrada mediante fMRI, mientras los participantes llevaban a cabo los tests descritos.

Los resultados obtenidos de los registros demostraron que, en las pruebas con patrones predecibles de aparición y desaparición de los puntos, la actividad en la V1 fue menor que la registrada en las pruebas con estímulos visuales impredecibles.

Según Muckli, esto significa que el cerebro espera ver cosas, y simplemente pretende confirmar sus expectativas. El científico afirma, “esto es casi como recordar el futuro”.

Revolución en investigación del cerebro

La constatación realizada explicaría por qué a veces no nos damos cuenta de que hay algo diferente en un entorno familiar: el cerebro estaría viendo sólo lo que espera ver, en lugar de ver lo que realmente hay.

Muckli planea analizar, en futuras investigaciones, el principio de la energía libre, también conocido como “principio de codificación predictiva” en otros entornos naturales, y con otros aspectos de la percepción sensorial.

Los resultados del presente estudio, que han aparecido en la revista especializada The Journal of Neuroscience, respaldarían, además, la hipótesis de Friston que, según CORDIS, podría revolucionar
la investigación sobre el cerebro.

Friston señala que dado que, en el cerebro, todo se fundamenta en reducir al mínimo la energía libre, el reto consistiría en comprender el acoplamiento y la integración de cada zona cerebral. Si esto se consigue, podría generarse un modelo fundamental, una teoría unificadora que consistiera en una ecuación simple, que podría ser utilizada en un futuro para desentrañar los enigmas que subyacen a los trastornos neurogenéticos, a otras enfermedades, y también al modo en que los seres humanos aprenden y deciden.

jueves, 8 de abril de 2010

¿por qué pelean los hombres?

Durante siglos los filósofos han reflexionado sobre esta cuestión. Algunos han sugerido que el comportamiento agresivo forma parte de la constitución masculina; otros pretenden que pelear es un comportamiento inspirado socialmente. Los poetas y escritores de la gran literatura quedarían decepcionados al enterarse de que las agresivas pasiones masculinas que provocaron duelos, escaramuzas y guerras son el resultado de reducidos niveles de serotonina en el cerebro.

Los autores del estudio "Diferencias sexuales en Monaminas Cerebrales y Agresividad" son Jonathon Toot, Gail Dunphry y Daniel Ely, del departamento de biología de la universidad de Akron, Akron, Ohio. En varones, la merma de serotonina en la amigdala se ha asociado con incremento en el comportamiento agresivo. Si esto está relacionado sólo a la presencia del cromosoma-Y o a una combinación del cromosoma-Y y la hormona masculina testosterona, queda por determinar.

De *Aggressive behavior in boys and men may not be a learned behavior; reduced levels of a vascoconstrictor triggers physiological processes leading to fighting, biting, and scratching. October 19, 2001*

neurogénesis

Científicos del Salk Institute han observado por primera vez que en el cerebro adulto nuevas células crecen y maduran en el tiempo, funcionando exactamente como sus neuronas vecinas. El estudio prueba que las células recién nacidas se integran en el sistema de circuitos existente, suministrando al cerebro una reserva continua de juveniles células activas. Estas células podrían entonces reemplazar a neuronas de mayor edad o tal vez usarse para reorganizar el cerebro para facilitar el aprendizaje o la adaptación a nuevas experiencias.

"Esta es la primera demostración de que las nuevas células que nacen en el cerebro adulto son operativas", ha dicho Fred Gage. Fué Gage quien, en noviembre de 1998, descubrió que los humanos adultos, incluso los ancianos, pueden generar nuevas células cerebrales a lo largo de la vida en un proceso llamado neurogénesis. Este importante estudio trastocó el dogma largamente aceptado que afirmaba que nacemos con una provisión completa de células cerebrales y que progresivamente disminuyen durante nuestras vidas. Ulteriores estudios llevados a cabo por Gage y sus colegas revelaron que el número de células cerebrales podría ser influenciado por la actividad y otros estímulos ambientales. A pesar de ese trabajo, los científicos aun no sabían si esas nuevas células realmente funcionaban como cualquier otra neurona o ni siquiera si crecían y maduraban como otras células cerebrales. El actual estudio, que requirió del desarrollo de una nueva técnica para medir la actividad eléctrica en células cerebrales vivas, debería anular esas dudas. En sus próximos estudios, el equipo de Gage espera determinar que es lo que realmente hacen esas neuronas. >de *Salk Scientists Demonstrate For The First TimeThat Newly Born Brain Cells Are Functional In The Adult Brain*, 27 de febrero, 2002

ciclo femenino y expansión cerebral

ciclo femenino y expansión cerebral
Los investigadores de la Universidad de Columbia y de la Universidad Noroeste han encontrado que 'las conexiones' en el área de memoria de cerebro de rata femenina se amplían y retraen en relación a la cantidad de estrógeno presente durante el celo / el ciclo menstrual.

Como este área del cerebro, el hipocampo, ha sido mostrada como crucial tanto en humanos como en animales para los procesos de memoria, el descubrimiento del grupo pasa a formar parte de una serie enorme de pruebas empíricas y anecdóticas que muestran las variaciones en la cognición y los procesos de memoria como una función del tiempo del ciclo femenino.

Que esta re-conexión es debida al estrógeno fue mostrado ya en experimentos que usaban la terapia del reemplazo hormonal para comparar hembras con niveles bajos, moderados o altos. Sólo cuando se alcanzaba el nivel fisiológico alto - similar a lo visto durante los máximos niveles de estrógeno alcanzados durante el celo – se observaba una expansión.

La hipótesis provocadora de los investigadores dice que la capacidad de la red cerebral femenina para modificarse en presencia del aumento de estrógeno puede facilitar el procesamiento de ambientes espaciales complejos para, por ejemplo, favorecer el éxito reproductivo seleccionando a un compañero o, como madre, encontrando el alimento, el agua y el refugio evitando a los depredadores.

"Más allá de las conclusiones relacionadas con el estrógeno y su regulación de la cognición femenina, los resultados del estudio sugieren que la capacidad del cerebro para su expansión supera las consideraciones relacionadas con el tema hechas en el pasado," afirma Routtenberg, director del The Cresap Neuroscience Laboratory e investigador en el Instituto de la Universidad Noroeste para Neurociencia.

"Este crecimiento también ocurre durante el aprendizaje, pero se trata de un proceso mucho más lento," añade Routtenberg.

Una investigación anterior mostraba que el aprendizaje fomenta el crecimiento de fibras musgosas, que son axones, o fibras de nervio, en el hipocampo. Las fibras musgosas son únicas en concentraciones altas del zinc y las células que originan estos axones, las células de gránulo, muestran neurogénesis, o el nacimiento de nuevas neuronas en adultos. >de *Brain memory area modifies its 'wiring diagram' during the female cycle*. > *el área de memoria cerebral modifica su 'diagrama de conexiones' durante el ciclo femenino *. 14 de noviembre de 2005

miércoles, 7 de abril de 2010

La mente extendida

Rupert Sheldrake es un biólogo y filósofo de la mente muy debatido y criticado en determinados ambientes, tanto como admirado y citado en otros. Su idea más conocida es la descripción de los campos mórficos que serian los responsables de dar forma tanto a los organismos vivos como a la materia inerte con cierta tendencia a adoptar formas, como sucede con los cristales. También explicaria el aprendizaje entre individuos de la misma especie no contigüos.

Sheldrake argumenta que en el código genético -el ADN- no se encuentran codificados los planos de la casa sino sólo como deben de juntarse los ladrillos, efectivamente los genes no son más que instrucciones para la síntesis de proteinas pero no contienen ningun plan para desarrollar un organismo vivo al completo. Si en los genes no están los planos ¿donde están?, esta es en síntesis una de las ideas mas revolucionarias y transgresoras de Sheldrake. Concluye que tiene que haber un campo invisible, sin localidad que está en todas y cada una de las células de nuestro cuerpo y del mismo modo está por fuera del cuerpo y que representaría algo asi como la memoria mórfica de la especie. Se trataria de un campo energético que prestaría la forma (los planos) a todo proceso de arquitectura viviente a partir de un registro mnéstico que no está determinado por la genética sino que está en continua evolución.

Sheldrake resucita asi la vieja teoria lamarckiana de que los rasgos adquiridos pueden ser trasmitidos al resto de la especie no por via genética sino por resonancia mórfica. Y que argumenta del siguiente modo: cualquier aprendizaje de un cierto número de miembros de una especie determinada acaba por universalizarse a toda la especie cuando se alcanza una determinada masa crítica.

Sheldrake es pues un hereje.

La idea de campo mórfico presenta algunas debilidades estructurales. Por ejemplo Sheldrake no aclara cual seria la energia que alimenta este campo: ¿los campos mórficos serían ondas de baja energia, luz, infrarojos o ultrasonidos?

Pero simultáneamente con esta debilidad posee algunas fortalezas que proceden de fenómenos que no tienen explicación segun las leyes de la fisica que conocemos en la actualidad.

Y pone algunos ejemplos extraidos de la vida cotidiana para explicar en que consiste la resonancia que es según él el mecanismo de comunicación entre campos mórficos e individuos. La resonancia es un fenómeno que afecta a los sistemas que disponen de movimientos periódicos sometidos a oscilación, asi hay una resonancia química y una resonancia acústica o eléctrica. En realidad resonancia significa el reforzamiento de una señal, una especie de amplificación como sucede en acústica con los armónicos o con el laser en la luz donde la coherencia de fase parece tener mucho que ver con el termino resonancia al menos tal y como lo emplea Sheldrake. En cualquier caso es evidente que “resonancia” implica un cierto grado de sintonización entre emisor y receptor de una señal cualquiera que esta sea.

¿Como sabe mi perro que estoy subiendo por el ascensor o que acabo de aparcar en el garage?

Este es un conocido ejemplo de los que Sheldrake propone para ejemplificar la sintonización. Simplemente mi perro se encuentra sintonizado conmigo y con todos los miembros de mi familia y por eso es capaz de reaccionar ante mi presencia mucho antes de que esta se produzca, algo que no puede explicarse a través del sonido o del olor. Mi perro reacciona mucho antes de que huela u oiga nada de mi.

A nivel popular también tenemos una palabra para designar este curioso y conocido efecto, “estar en la onda” significa ese algo más de simpatía o empatia que hace que una persona aun desconocida nos produzca “buenas vibraciones”. Hay algo extrasensorial que está provocando ese fenómeno que no puede ser explicado de una forma racional: la antipatía o el prejuicio tambien podrian ser explicadas a través de este mecanismo de la sintonización o mejor de la desintonización o interferencia.

Recientemente Sheldrake ha publicado un libro titulado “El séptimo sentido: la mente extendida” donde da forma a una idea que venia rondando por su cabeza desde tiempo atrás segun he podido observar a través de diálogos con Krishnamurti, Mc Kenna o David Bohm y que se encuentran disponibles en español en youtube. También podeís visitar la web del propio Sheldrake.

Aqui mismo hay un articulo donde hablan de este libro y de las tesis que sostiene Sheldrake al dar una nueva vuelta de tuerca a sus ideas sobre los campos mórficos y en relación con la conciencia humana.

La idea que Sheldrake propone en este libro tiene mucho que ver con mi post anterior donde hablé precisamente de “Luz y visión”.

La idea que exploraba en este post era la posibilidad de que pudieramos ver sin ver, esto es, si más allá de los circuitos ópticos no habria otra manera de ver que no dependiera de la luz. Me preguntaba en ese post acerca de la contradicción entre lo que vemos (ahi afuera) y el lugar donde se forman las imágenes cerebrales (en el lóbulo occipital) y me preguntaba si no habria alguna forma mediante la que el cerebro proyectaba esas imágenes en la realidad desde el interior del cerebro.

Me preguntaba también de donde sale la luz con la que se iluminan nuestros sueños y otros estados modificados de conciencia y planteaba si la melatonina no estaría implicada de alguna forma en aportar “luminosidad” a la conciencia en determinados circunstancias del mismo modo en que entendemos que trasduce la luz (en la glandula pineal) para transformar la energia electromagnética en química.

Lo cierto es que unos dias después de haber subido ese post me di de bruces con un artículo donde se hablaba precisamente del libro de Sheldrake en un extraño bucle de sincronicidad.

Pero Sheldrake va más allá de lo que yo mismo sugerí en aquel post y declara que las imagenes visuales se forma por contacto, es decir que más allá de que nuestro cerebro tenga noticias de las mismas a través de la representación que la via óptica acaba haciendo en el lóbulo occipital, lo que vemos ahi afuera es el resultado de haber tocado los objetos literalmente a través de nuestro campo mental. El cerebro seria secundario en este proceso que dependeria de la mente visual y sólo seria un amplificador de señales, una especie de modulador entre lo que ya hemos visto y lo que nos representamos, una doble computación que es probablemente lo que da coherencia a lo que se ve. De este modo la experiencia de mirar es profundamente mental y de alguna forma táctil y no depende más que de un modo secundario con las imágenes formadas en la corteza visual del cortex occipital.

Los budistas suponen que el pensamiento, es decir la capacidad de abstraer, pensar o imaginar son y representan un sexto sentido, nosotros hablariamos mejor de intuición. Para Sheldrake el séptimo sentido supone un paso más allá: se refiere a la capacidad de saber algo de alguien por una via no convencional, no sensorial, fenómenos como la telepatia podrian ser explicados -de existir- a través de este septimo sentido.

En cualquier caso, la tesis más importante de este libro no son los ejemplos marginales sino su teorización acerca del cerebro como una especie de sintonizador. Para Sheldrake la mente no procede del cerebro sino que utiliza al cerebro como interface de expresión, en realidad el cerebro se hallaria diseñado y facilitado para sintonizar con unas emisoras pero no con otras. Es como si el cerebro fuera una especie de transistor que pudiera a través de sus diales encontrar una emisora con mas facilidad que otras, pero esas emisoras no están en el cerebro propiamente dicho sino en la memoria mórfica, una especie de base de datos cósmica donde se encuentra tambien la memoria individual que Sheldrake niega que se encuentre en el cerebro individual.

Esta idea fuerte a mi juicio es bastante coherente con lo que sabemos sobre los modos de estar en mundo: estos no son infinitos sino que se reducen a una docena de supuestos, del mismo modo que aprendimos a entender los creodos de la subjetividad humana a través del mito podemos aprender la conducta humana en base a la frecuencia en que un determinado comportamiento se manifiesta. Hay sólo algunas formas de estar en el mundo y aunque la mayor parte de nosotros presentemos múltiples diferencias procedentes de distintas educaciones, circunstancias, entornos geográficos y culturales o demás, lo cierto es que las formas de estar en el mundo pueden contarse con los dedos de la mano.

Del mismo modo sucede con las enfermedades, son las que son aunque evolucionan y no son fijas y aunque cada vez más existen neoformaciones enfermizas patentadas por la cultura, lo cierto es que las enfermedades son finitas. Solamente puede enfermarse siguiendo unas guías ya recorridas con anterioridad, una enfermedad no puede sino parecerse cada vez mas a sí misma soportando a veces burdas imitaciones pues existe un patrón de memoria en su representación. Fueron patentadas ya por la tradición y aunque un individuo puede inventar una enfermedad nueva, esta no podrá manifestarse hasta que alcance la suficiente masa crítica para hacerlo: una suficiente masa de acólitos sintonizados por un determinado sufrimiento, una emisora que trasmita noche y dia.



Lo similar resuena con lo similar y es por eso que yo tengo la sensacion de poseer un Yo, pues resueno con facilidad conmigo mismo y con lo que fui ayer que con cualquier otra cosa, lo mismo les sucede a las enfermedades y a los patrones de comportamiento, hay como un hábito, una adicción o resonancia a parecerse cada vez mas a sí mismo.

Todo parece indicar que es el sufrimiento lo que nos aglutina en torno a lo humano, mientras que es el placer lo que nos dispersa o diferencia.

La idea de campo mórfico de Sheldrake es muy parecida al concepto jungiano de inconsciente colectivo (en esta web podeis leer un buen articulo sobre el asunto). Para Jung el inconsciente colectivo era algo que constituía y estructuraba lo humano más allá de sus circunstancias personales y que explicaba los similares sueños entre sujetos alejados o las distintas cosmogonias tan similares unas a otras, la similitud procederia precisamente de esta atracción que cada campo mórfico ejerce sobre lo parecido.

Del mismo modo que Sheldrake, Jung tampoco supo donde ubicar este inconsciente que es invisible, inmaterial e intangible pero que parece gobernar las rutas por las que transitan las formas, los comportamientos humanos, el carácter, la manera de estar en el mundo y los sueños.

La idea es que estamos conectados a una gran base de datos cósmica que puede entenderse como un océano de campos que inflitran lo huamano y a la humanidad entera, en este modo de comprender las cosas determinados fenomenos que hoy consideramos paranormales llegarán a ser comprendidos por la ciencia. Por ejemplo la telepatía que siempre imaginamos como un modo de transmitir señales mentales a distancia puede que no tenga nada que ver con esa imagen del viaje de señales. Simplemente dos personas muy unidas entre sí pueden estar compartiendo un mismo campo mórfico y una misma conexión-sintonización. En este tipo de personas -como a veces sucede entre ciertas relaciones entre gemelos o en el vinculo madre-hijo- puede haber trasducción de señales, no porque haya uno que emite y otro que recibe sino porque existe un interface común que hace de puente entre ambos, algo asi como si dos personas separadas entre sí por cientos de kilometros estuvieran oyendo un mismo programa de radio interactivo y participando por tanto del mismo.

La idea de Seldrake posee aun otro aliciente sobreañadido: la mente no sería -en esta forma de ver- un subproducto del cerebro sino la energía que le rebasa y al mismo tiempo alimenta y que proceda de donde proceda lo cierto es que es seguramente el lugar donde están todas las emisoras emitendo programas continuamente y con las que cada cerebro sintoniza automáticamente según su querencia particular.